Pico "Paisanu" (Alevia)


 El domingo 3 abril amaneció lluvioso en Cantabria; toda la noche había llovido de modo intermitente y cuando me desperté llamé a Pilar y a Javier para ver qué hacíamos. Como siempre nos citamos en Panes a las 10:00, aunque sólo fuera para tomar un café. Estaba bastante seguro de que no íbamos a poder subir al Paisanu... no llevé cámara de fotos, ni bocata, ni siquiera la botella de vino habitual. Recogí a Javier en Pumalverde y pronto empezó a clarear. Llegamos pronto a Panes y compramos una buena empanada de atún de hojaldre recién horneada y una botella de vino. Lo teníamos claro ya: subíamos al monte.
 El tiempo había hecho desistir a la mayoría, pero los seis irresistibles nos presentamos en Alevia y pudimos disfrutar de un día de sol, con una temperatura excelente. 

 Afortunadamente, aunque sólo marchamos seis, había tres cámaras de fotos para recordar ese día. Alberto nos sacó esta foto con el Pico El Paisanu al fondo, coronado por una pequeña ermita.
 Aunque la pendiente se ver intensa, al rodearlo por detrás, la subida se hace más suave.

 Aunque hacía sol, por momentos las nubes cubrían las cimas de Los Picos de Europa que todavía estaban nevados. Se veía perfectamente el Naranjo de Bulnes.
Durante el paseo aprovechamos para ver restos de mineral que se encontraba disperso por una buena parte del recorrido, que nos recordaba que unas decenas de años atrás existieron explotaciones mineras de hierro y manganeso en la zona. Upe recogió unas muestras de manganeso bien cristalizado para enseñar a sus alumnos.

 Tuvimos mucha suerte ese día. Al inicio de la ascensión vimos una pareja de alimoches... La primera pareja que Javi había visto este año. Pero lo más interesante vino después: varias decenas de buitres leonados se afanaban en obtener alimento de algún animal muerto y de deslizaban por la pendiente en medio de algarabía robándose la pieza o los restos de la misma. Una pena no disponer de una buena cámara de vídeo, pues parecía que estábamos contemplando un estupendo documental de esos que nos pasan por la tele.

 Comimos en la cima, con vistas al mar Cantábrico por el norte y a Picos de Europa por el sur. Repusimos fuerzas con creces, saboreando variedad de productos que habíamos transportado en nuestras mochilas.

El descenso lo hicimos por otro lado, más en pendiente y llegamos a Alevia con ganas de beber unas cañas y unas claras para recuperar líquidos. Un día excelente que en absoluto lo esperábamos cuando habíamos partido de nuestros domicilios. Una pena para quienes el tiempo lluvioso de la mañana os devolvió a la cama.
¡Hasta la próxima!

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