El pasado 15 de noviembre, 20 personas realizamos el recorrido desde Pedreña hasta la localidad de El Astillero, por toda la costa, a modo de conmemoración del desastre del Prestige que se produjo por estas mismas fechas, el 13 de noviembre del año 2.002.
El punto de partida era el embarcadero de "Los Reginas" en Santander, de donde partimos a las 10:30 horas para cruzar la Bahía hasta el embarcadero de Pedreña. El mar estaba en calma pues todavía el viento sur no había aparecido con su fuerza.
Existe una senda desde Pedreña a Pontejos, recientemente inaugurada, pero tiene muchos inconvenientes. El mayor es su falta de continuidad. Algunas viviendas y talleres impiden el paso por la orilla del mar, obligando a los paseantes a realizar continuos rodeos de fincas que ocupan la servidumbre de paso. En esta ocasión decidimos atravesar por una zona transitable, llena de algas, gracias a que la marea estaba baja, pues varias viviendas tenían ocupado el límite de costa.
Más adelante nos incorporamos a la senda y aprovechamos un momento para avistar aves con un telescopio que transportaba un compañero.
Aunque la senda en mayoritariamente llana, en una parte pequeña del recorrido hay que ascender una leve rampa desde la que se aprecia bien la Bahía y la costa de Pedreña. La senda se ha construido con base de hormigón y lajas piedra en su parte superior que, entre otros problemas, estaban muy resbaladizas en varias zonas del recorrido.
La senda discurre un buen rato al lado del campo de golf municipal de Pedreña, en donde había algunas decenas de personas jugando.
Son muy llamativas las tuberías de REPSOL que discurren por varios kilómetros y se adentran en la Bahía.
Llaman la atención también los cisnes, poco habituales en nuestra costa cantábrica, pero que encuentran refugio en el fondo de la Bahía, en buen número, varias decenas que se agrupan.
Más adelante nos topamos con unas grandes naves, con amplio cierre perimetral, que imposibilitan el recorrido por la orilla del mar. Nos vimos forzados a realizar un rodeo, aunque desechamos seguir la senda marcada, pues se adentraba en la zona urbana del pueblo.
Tuvimos que recorrer varias praderías para acortar el camino y acercarnos a la isla de Pedrosa. Es una pena que el ayuntamiento no haya diseñado una senda costera como tiene que ser. Debiera haber expropiado los terrenos necesarios para llevarla a cabo y obligado a que los propietarios que han ocupado la zona de servidumbre dejaran libre el paso.
Las escaleras junto al viejo teatro de la isla de Pedrosa, nos permitió descansar y recuperar fuerzas con la comida, al abrigo del intenso viento sureño que nos azotaba.
Cuando atravesamos Pontejos, con la vista a lo lejos de El Astillero, el viento sur arreciaba y nos frenaba la marcha. A las 16:30 llegamos a El Astillero, desde donde una parte del grupo se subió al autobús y otro al tren, para acercarnos a Santander, punto de partida.
¡Hasta la próxima!
Ecologistas en Acción Cantabria
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