Después de una breve subida llegamos a Sondelagua. Entre los anfitriones castreños y los visitantes empezamos la tarea unas 30 personas. Al fondo se ve el refugio donde nos esperaba parte del grupo.
Esta vez plantamos 30 árboles de distintas especies de los viveros de dos miembros del grupo castreño. Les pusimos estacas y protectores pues hay ganado suelto.
A Pilar y a Javi sólo les queda empezar a escribir un libro.
Cuando terminamos la plantación un grupo subimos a ver le hayedo próximo desde donde se podía ver el mar, Sonabia,... Unos buitres nos acompañaron un rato volando muy cerca de donde estábamos.
El grupo de cocina se aplicó al trabajo y nos preparó unas buenas costillas asadas a la parrilla. En la mesa pusimos toda la comida que habíamos llevado y disfrutamos de muchos sabores. Para finalizar café de puchero y té abundante.
Esta vez nos respetó el agua y apenas cayeron unas gotas que no nos molestaron.
La estancia en Sondelagua resultó excelente y salieron propuestas para volver antes del invierno próximo, cita obligada desde hace tres años.
¡Hasta la próxima!
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